"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Opinión
Llamémoslo confianza
Por Luis Cayo Pérez Bueno, presidente del CERMI
04/04/2022
Llamémosla virtud, valor o cualidad, la confianza es quizás la mejor base para erigir relaciones personales y comunitarias sólidas, respetuosas y armónicas. Si hay confianza, la persona no teme, no se inquieta en sus interacciones con los demás, en los que deposita una esperanza cierta de no recibir mal, más aún, de poder obtener ayuda, en caso necesario. De proporcionarla también, pues lleva implícita la reciprocidad Las personas con discapacidad apreciamos extremadamente la confianza, acaso porque el mundo ha sido casi siempre para este sector de población un lugar hostil y hostigante, o cuando menos amenazante, que no nos da nuestro lugar de personas respetadas y respetables. La buena relación de la discapacidad con las Fuerzas Armada, los flujos de estima y aprecio que sentimos las personas y familias en los que la discapacidad forma parte de nuestra vida hacia los Ejércitos traen su casusa de esa confianza, que se da en grado sumo. Las Fuerzas Armadas, para las personas con discapacidad, encarnan una Institución que inspira, que infunde confianza. Despiertan una simpatía espontánea que genera adhesión emocional. Están para proteger y servir y cumplen, al parecer abrumador de las personas con discapacidad, sobradamente su función. Protegen, en efecto, conforme a su alta misión constitucional, que constituye su esencia: la soberanía e independencia nacionales, la unidad e integridad de España y el orden constitucional. Pero también van más allá, abarcan aquello que no es estrictamente exigible; cuando todos los otros poderes del Estado parecen no llegar o cuando se producen situaciones extraordinarias, que exceden la respuesta esperable de otras instancias públicas o de la misma comunidad organizada; cuando, en fin, el país da muestras de estar superado, de los Ejércitos siempre se obtiene respuesta. Sirven en todo momento, incluidos los peores momentos, lo que robustece la confianza social.
Sobre este caudal de afectos, el movimiento social de la discapacidad y las Fuerzas Armadas, a través del Ministerio de Defensa, hemos edificado, en los últimos lustros, una cultura de colaboración en torno a los valores de la Defensa que ha calado entre las personas con discapacidad y sus familias, afianzando y ensanchando la disposición de ánimo favorable que ya estaba allí. A no dudar, cuando desde el CERMI y sus Organizaciones promovemos actividades para y con las personas con discapacidad, aquellas que tienen conexión con las Fuerzas Armadas son las más sinceramente demandadas. Participación en Juras de Bandera, visitas a muesos y establecimientos militares, asistencia a desfiles conmemorativos de grandes solemnidades nacionales, etc., atraen siempre el mayor de los intereses entre nuestra base social. Basta con ofrecer la oportunidad, con abrir mínimamente la ventana, para que la brisa se cuele y termine colmando la estancia.
Hay más, se producen conexiones incluso directas. El personal militar (y de la Guardia Civil) que adquiere una discapacidad en acto de servicio o en el desempeño profesional, parte de él, se articula asociativamente en el plano civil para la defensa de sus legítimos intereses y la organización resultante (Acime) se integra con naturalidad en el movimiento social de la discapacidad, aportando a éste una valiosa nota de singularidad que enriquece, de donde milicia y discapacidad quedan conectadas más intensamente.
Existen, entre las Fuerzas Armadas y las personas con discapacidad y sus familias, afinidades y vínculos; se producen afectos genuinos que surgen al inicio tal vez espontáneamente -simpatía natural- pero que se robustecen con el conocimiento más preciso y con el trato asiduo. En eso estamos, Ministerio de Defensa y CERMI, en alentar y escalar esa inclinación, de cultivarla con tino y esmero. Valores compartidos, propósitos comunes, trabajo colaborativo, mutua y productiva confianza. Llamémoslo confianza, la que necesitamos corresponsablemente para que España sea aún más, definitivamente, un proyecto sugestivo y apasionante de vida en común, sin acepción de personas.
Fuente: Revista Española de Defensa, abril, 2022